30 de diciembre de 2011

Las doce uvas de la suerte


Noche vieja. La noche que muchos esperan para poder finalizar una etapa de sus vidas. Despides año, igual que despides recuerdos y personas. Es una tontería, la llegada de un año nuevo no te va hacer más feliz o más infeliz. Es un día como otro cualquiera.

Eso es lo que la mente de Tamara no dejaba de repetir en su cabeza. Las 23:57h, le faltan 3 minutos para comerse las uvas. Nada más que por tradición. Este año no le apetece celebrar nada. Mira a su alrededor, a su familia. Sus padres, su hermana, sus tíos, sus primos y sus abuelos. Y a pesar de lo mucho que les quiere, no siente nada de felicidad.

Mira su móvil, inquieta, esperando ver una llamada o un mensaje. Pero nada, no hay nada. Tamara se siente incluso más triste. Comienzan las campanadas. Todos empiezan a comer. Unos se ríen, otros se atragantan, otros dejan de comer. Pero Tamara tiene la mirada fija en la pantalla del televisor, comiendo las uvas una a una.

Terminan, y antes de levantarse para felicitar a su familia suena su móvil. Un mensaje. Tamara lo abre, y una gran sonrisa se dibuja en su rostro. “Asómate a la ventana”. Sin soltar el móvil, va corriendo a la ventana que da a la calle. Y allí está él, con un ramo de rosas y con una tímida sonrisa.

Tamara sale corriendo de la casa, sin decir una palabra a los demás. Baja deprisa las escaleras hasta terminar en el portal, donde está él. Se quedan unos segundos mirándose fijamente a los ojos. Aquel momento no podía ser más feliz. Él la estrecha entre sus brazos y la besa con dulzura en los labios.
-Feliz año nuevo, pequeña.

26 de diciembre de 2011

Te necesito aquí conmigo


Hace días que no contesta a mis llamadas, a mis mensajes, a mis e-mails, a mis whatsapp. Es como si el mundo se lo hubiera tragado. Ni siquiera está en los bares que siempre frecuenta, ni tampoco sus amigos saben de él, igual que yo. Y por eso estoy yendo a su piso, donde espero poder encontrarle. Pico una vez al timbre. Nada. Segundo intento. Cogen el interfono.
–¿Sí? –es su hermana, Alicia.
–Alicia, soy Sara. ¿Está tu hermano en casa? Necesito hablar con él, es importante.
–Sí, claro. Un momento–. Cuelga el interfono. Pasan unos segundos, aunque están siendo eternos.- Sara, dice que no quiere hablar contigo. Dice que te marches–. Aún no puedo creer lo que he oído. ¿Qué me marche? ¿Que no quiere hablar conmigo? ¿Cómo es posible?
–Alicia, es importante. Por favor–. Pasan por lo menos dos minutos y ella no ha dicho nada. Veo que es un negativo por su parte, así que me marcho. Doy media vuelta, y oigo como la puerta se abre. Le debo una noche de fiesta a Alicia, o dos, o las que ella quiera. Subo al piso, y allí está ella esperándome.
–Las mujeres debemos de ayudarnos entre nosotras.
–Gracias–. No hace falta que me guie hasta su cuarto. He estado millones de veces en este piso. Podría llegar incluso con los ojos cerrados. La puerta está abierta, y le veo de espaldas. Mirando por la ventana, como si estuviera vigilando. –Tomás–. Él se da la vuelta y noto una gran decepción en su mirada.
–Vete, por favor–. Me indica que me vaya, pero no me muevo.
–No pienso irme hasta que me digas que pasa.
–Vete.
–No, no voy a irme–. Me siento en la cama y saco de mi bolso un libro de Paulo Coelho. Empiezo a leer.
–De acuerdo, tú verás lo que haces–. Vuelve a observar por la ventana y no dice nada más. [...] No sé si el tiempo pasa muy lento o es que yo leo demasiado rápido, pero ya llevo leídas más de 100 páginas. Y Tomás ni siquiera se ha movido del sitio, sólo para encenderse un par de cigarros. No entiendo su comportamiento, no entiendo que le ha pasado. De reojo veo que se mueve, me está mirando. Prefiero dejar fija la mirada en el libro. Se levanta y se sienta a mi lado. Cierro el libro. Le miro a los ojos, siento como si él tuviera un nudo en la garganta. Me besa durante un largo rato, y después me abraza fuerte.
–No sabes cómo me estás complicando la vida–. Dice finalmente. Se separa de mí y se sienta de espaldas, otra vez. Despacio me siento a su lado. Y sonríe.
– ¿Por qué? ¿Qué he hecho?
–Te quiero–. Pronuncia rápido, como si no quisiera que me enterase.
– ¿Y eso es malo? Sabes que yo también te quiero.
–Mira, eres especial. No sólo para mí, para todos. Eres una persona única, y cualquiera que tenga la oportunidad de compartir contigo unas palabras, ya puede sentirse alguien afortunado. Y conmigo, eres increíble. Estás para mí cuando lo necesito, incluso cuando no. Cuando cometo errores, en vez de enfadarte y darme la espalda, me ayudas a aprender. Y, joder, desde que te conozco has cambiado mi vida al completo. Me da miedo sentir todo esto, Sara, de verdad.
– ¿Por qué tienes miedo? Querer a una persona y que seas correspondido, creo que... no hay nada mejor. No sabía que sintieras esto por mí, pero, es muy bonito.
–Tengo miedo porque no te quiero dejar escapar, y sé que eres libre de hacerlo en cuanto tengas oportunidad. Y tengo miedo, porque eres la mujer con la quiero compartir el resto de mi vida. Te necesito aquí conmigo.
–No te voy a dejar, nunca. Eres cabezota y te gusta llevarme la contraria, pero sé que siempre piensas primero en mí. Tienes cualidades que nunca imaginé que tendría una persona, y a pesar de parecer un macarra tienes un corazón enorme. Me gustas tal y como eres, y no cambiaría nada de lo que tenemos. Te quiero más de lo que he querido nunca a nadie.

21 de diciembre de 2011

Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes


Sábado por la mañana. Se despierta a causa de los rayos de luz que entran por la ventana. Mira a su lado, no hay nadie. Toca la almohada para poder recordar cómo era acariciar su pelo mientras ella dormía, pero no puede. Desde ese instante, sabe que hoy es de esos días en los que no debes salir de la cama. Aunque en su caso es mejor salir, pues toda su habitación no hace más que recordar cada momento vivido ahí
.
Se viste con la misma ropa que el día anterior y sale de casa. Cada rincón de ese lugar hay una pequeña historia de ellos dos. Él nunca las vio, ni les tomó importancia hasta ese momento. Sabía que había cometido el error más grande de su vida.

Camina por la calle, a paso lento. Se estremece al darse cuenta de que ya no está a su lado cogiéndole de la cintura, ni haciéndole cosquillas. Se acuerda de su sonrisa malvada, cuando le hacía enrabiar para provocar que fuera corriendo tras ella. Momentos en los que de verdad era feliz, pero hasta ese día no se dio cuenta.

Y allí estaba ella, en su portería. Con una preciosa sonrisa, abrazando a su nuevo amor. Sin poder evitarlo, un par de lagrimas salen de sus ojos al ver como otro hombre besa a su pequeña. Recuerda con la ternura de como ella le estrechaba entre sus brazos y le hacía sentir la persona más afortunada del planeta.

Pero todo eso se acabó, son solo más que recuerdos. Y se lamenta de haber sido tan estúpido de no haber visto la oportunidad tan grande que la vida le había dado. Vivirá pensando en lo que pudo haber sido y no fue, todo por su culpa. Sabe que la ha perdido para siempre, igual que sabe que nunca volverá a sentir lo mismo por otra mujer.

16 de diciembre de 2011

Miedo + 1 añito!

El miedo, ese gran enemigo nuestro que nos paraliza todo el cuerpo, impidiendo conseguir lo que deseamos. Algunos lo combaten, otros no. Raquel ha sido una de esas personas que se ha enfrentado cara a cara con su mayor miedo. Un miedo que le hacía llorar durante horas, sintiéndose como una completa imbécil por no poder realizar lo que quería, encerrada en su habitación sin ganas de saber del mundo. El miedo fue capaz de consumirla y dar de lado a cualquier problema. Pero todo eso se acabó, porque ahora es Raquel quien le da espalda a ese miedo. Ha terminado con él, ella decidió cuando y como.
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79 seguidores en blogger, 52 en facebook, 114 en tuenti, 6200 visitas, 365 días en el aire. 
Hoy, Lacrime Nel Buio, cumple su primer añito en Internet! 
Gracias a tod@s que siguen el blog y hacen posible que siga vivo. 
Espero poder decir lo mismo dentro de un año (y de más a ser posibles, no?). 
Pero, lo más importante, gracias por sacarme lagrimas de felicidad 
cada vez que conecto en blogger!

10 de diciembre de 2011

Todo lo que necesito


Aún recuerda la primera vez que le vio. Algo inesperado. Un pequeño instante que cambiaría sus vidas al completo. Recuerda como sus ojos verdes no dejaban de observarla a cada paso o gesto que realizaba. Recuerda su primera conversación, entre bromas y risas. Recuerda aquel instante como si hubiera pasado hace un par de días, y no puede evitar disimular una pequeña sonrisa tímida.


Se sonroja, pensando en la de veces que había negado que el destino les había unido por alguna razón. Dando la espalda a lo que sus sentimientos podían sentir, por miedo a volver a ser herida. Y solo necesitó una mala jugada del destino en su contra. La sensación de sentir como le perdía ayudó a su subconsciente a darse cuenta de la realidad. Despertó de repente de un sueño simple, sencillo... pero de un sueño donde ellos dos eran los protagonistas.

Un nuevo sentimiento le recorrió todo el cuerpo el saber lo que estaba pasando. Confundida, asustada. Las cosas estaban cambiando poco a poco y no entendía el motivo. Pero muy en el fondo, no le importaba. Sentía una gran sensación cada vez que hablaban, se veían, se sentían. Sentía una nueva felicidad que creía que no volvería a tener.
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(en cuanto pueda os devolveré los comentarios, 
estoy de vacaciones y la conexión de aquí va 
como le da la gana... gracias lectores!)

6 de diciembre de 2011

Perdiste tu oportunidad


¿Sabes que es lo peor de todo esto? Que desde nos conocemos no he hecho más que tragar mierda y más mierda. Que no he hecho más que dar la cara por ti, de hacerles creer que lo que dices es verdad. Que no he sido capaz de darme cuenta de las cosas. Que a pesar de todo, te he seguido creyendo. Dejé mi orgullo de lado y te perdoné. Mil veces. He aguantado que rompieses mi corazón y jugases conmigo. He soportado tener que verte con otra y cerrar la boca como si nada hubiera pasado. Borré nuestro pasado y cogí otro folio en blanco dispuesta a escribir un futuro lejos de mentiras. Entregué mis palabras, mi amor, mis ganas de sonreír a una persona que nunca se dio cuenta de lo GRANDE que era disponer de todo eso. Entregué a una persona una vida que siempre anhelará. Pero, ¿sabes qué? Que no me lamento ni me odio por haber dado mi vida a la persona equivocada. Porque amor tan sincero como el que he sentido hacia a ti, es de envidiar. Que aunque haya salido mal, he sentido un sentimiento demasiado perfecto. No te odio, no te guardo rencor. Tu existencia me da absolutamente igual. Así que, cuando me mires a los ojos, no te lamentes de mí. Laméntate de TI MISMO, por haber perdido la oportunidad de ser feliz. 


¡Gracias a Flooh por conceder a este blog su octavo premio!

2 de diciembre de 2011

De Step para Babi

Esta entrada es muy especial :) Con este relato gané mi primer concurso de literatura! Así que quiero compartirlo con vosotr@s, a ver si también os gusta tanto como a mí. Está basada en la historia de Step y Babi de 'Tres metros sobre el cielo', quien sepa de que va, entenderá esta carta! 

Querida Babi,
la verdad es que no sé cómo empezar porque ni siquiera sé si te haré llegar esta carta o quizás la tires directamente a la basura nada más ver el remitente. Pero necesito hacer el intento de que me escuches, intentar desahogarme aunque sea en líneas y que puedas entender mi situación. Aunque si te soy sincero, aún no entiendo por qué dejaste de luchar por nuestro amor.

Babi, no te puedes llegar a imaginar el infierno que estoy viviendo desde hace 6 meses. Son 6 meses sin poder dormir toda la noche de un tirón. Todas las noches solo estás tú en mis sueños, en aquel precioso castillo que por un día fue como nuestra casa. Aquel día que me permitiste hacerte mía. ¿Recuerdas lo felices que fuimos aquel día? En mi vida he experimentado tanta felicidad y creo que nunca podré volver a sentirme así.

Lo único que he hecho en todo estos meses ha sido levantarme de la cama para estar toda la mañana delante de tu portal. Ese portal en el que te he regalado miles de besos y caricias, en ese portal que después de un precioso día nos separaba, ese portal que tantas veces he saltado para subir a tu balcón. Te he visto salir muchas veces y quería acercarme a ti para poder abrazarte. Pero, ¿para qué? ¿Para volver a ver el odio en tus ojos?
Ocurrió el día que me armé de valor y decidí acercarme a ti. Llevaba varias semanas pensando en cómo actuar, que decirte, que pensar para no bloquearme. En mi vida he hecho algo parecido, nunca he ido detrás de nadie. Pero por ti, lo haría mil veces si hiciera falta. Estabas perfecta, como cada día. Dejaste de sonreír en cuanto te diste la vuelta y me viste acercarme a ti. Te aseguro que estaba nervioso, me temblaban las piernas. Estábamos cara a cara. Esa mirada no era la misma que me dedicaste durante meses, esa mirada te pedía que me alejase de ti. Eso fue lo que me impidió hablarte. Estaba completamente bloqueado, pero deseaba besarte y que me besaras. Pero no fue así. Te fuiste, sin decir una palabra. Y yo me quedé inmóvil, solo. Destrozado y roto por dentro. 

28 de noviembre de 2011

Jugador profesional

Carolina supo desde el primer instante en que conoció a Carlos que intentaba aparentar alguien que no era. Le hizo creer que valía la pena, que podía ser alguien importante. Y Carolina confió en todas sus palabras, todas sus acciones, todas sus ilusiones.

Carlos es igual que un profesional de casino, tira todas sus fichas sabiendo que conseguirá más. Sin importar el precio ni lo que conlleva su comportamiento. Total, si sale mal parado, comienza de nuevo. Y así será hasta que termine completamente amargado.

Carlos le pidió a Carolina que le diera su voto de confianza, que se fiase de él. Ella sabía sus intenciones, así que no lo hizo desde un principio, sus razones tenía... razones que debería haber seguido teniendo en mente. Pero, es lo que tienen los mentirosos, ¿verdad? Siempre consiguen lo que quieren, cueste lo que les cueste. A pesar de que personas como Carolina, que lo dan todo por esa persona, terminan mal por esas jugadas intencionadas.

25 de noviembre de 2011

Nuestro pequeño momento


Y es que lo nuestro no es casualidad. No te conozco, no sé quién eres. Sólo sé tu nombre y la edad que tienes. Lo demás es todo un misterio. Pero eso es algo que me gusta. Siempre apareces, en el mismo bus y a la misma hora. Y siempre te sientas a mi lado. Y compartimos lo que hemos hecho durante todo el día. Ese trayecto de treinta minutos es lo que más me gusta del día, porque aunque esté cansada y de mal humor, apareces lleno de energía a pesar de que tu día haya sido peor que el mío. Es curioso... me haces feliz, me haces sonreír, me haces ahogarme en carcajadas. Y así durante estos últimos meses. Pero... ¿Y si quizá estamos destinados a encontrarnos? ¿Cómo sabemos si no somos almas gemelas? ¿De esas con las que duras toda la vida? El destino hizo que tú cogieras ese bus a esa misma hora, que te sentases a mi izquierda, que se cayera mi libro y tú lo recogieras, que me dieses tu opinión aunque no te la hubiera pedido, compartir día a día nuestros pensamientos. ¿Por qué no arriesgarse? Quizá esta sea una nueva historia. Nuestra historia.

18 de noviembre de 2011

Gracias!

Por esas personas que me hacen sonreír, por esas personas que están cada día a mi lado, por esas personas con las que puedo contar para lo bueno y para lo malo, por esas personas con las que puedo decir lo que pienso, por esas personas con las que puedo volverme loca, por esas personas que me animan cuando lo necesito, por esas personas por las que daría la vida, por esas personas que no puedo vivir sin ellas, por esas personas que me dan razones para seguir viviendo, por esas personas que me entienden sólo con mirarme, por esas personas que me soportan, por esas personas que me quieren.

Por esas personas que me han hecho daño, por esas personas que me han hecho llorar, por esas personas que han sido amores fracasados, por esas personas que me han utilizado, por esas personas que me han mentido, por esas personas que intentan hundirme, por esas personas que me critican a la espalda, por esas personas que están más pendientes de mi infelicidad que de su propio vida, por esas personas que sueñan con verme fracasando.



GRACIAS a todas esas personas, soy la persona que hoy en día me he convertido. Buenas o malas experiencias, me han enseñado a crecer y he aprendido un poquito más de la vida con cada paliza y con cada sonrisa. Que a pesar de haber sufrido, no me arrepiento de cada lagrima. Día a día me he convertido en una persona más fuerte. Cada experiencia ha significado ser un poquito mejor para el mundo. La vida no es más que un largo camino, donde hay que superar cada obstáculo. Puedes caer o seguir de pie, pero si caes, hay que levantarse. SIEMPRE.

16 de noviembre de 2011

Ingenua Raquel

Raquel no quiere seguir viviendo en un mundo que no existe, no quiere seguir creyendo en unas palabras que son toda una mentira. Necesita abrir los ojos, y darse cuenta de todo lo que le han intentado ocultar durante todo este tiempo. Debe elegir su propio camino, y dejar que todo siga su curso.

Necesita que su venda caiga a pesar del miedo que siente. Tiene que caminar despacio, paso a paso, para evitar pisar todos los cristales rotos que hay esparcidos por el suelo. Pero está decidida a continuar con cualquier obstáculo.

Raquel es inocente e ingenua, es de las pocas personas que siguen creyendo en la bondad de las personas, en las segundas oportunidades. Confía en la raza humana, aunque sea consciente de todo el dolor que reparten.

Es una persona humilde. Si le pinchan, sangra. Si le duele, llora. Si es feliz, sonríe. Si cae, se vuelve a levantar. Y no necesita demostrar a nadie que merece la pena ser así, porque aunque termine destrozada en el suelo sin poder levantar la mirada, es fiel y sincera consigo misma. Y eso... eso es lo único que importa. Hay gente que no puede opinar lo mismo.

13 de noviembre de 2011

Hoy comprendí...


Hoy comprendí que llevar un muro alrededor de mi vida no me hacía bien. Hoy comprendí que ese muro no me hace esquivar los golpes, aunque duelan menos. Hoy comprendí que no debo aferrarme a personas que me hacen daño por temor a quedarme sola, sola será como me quedaré si sigo junto a ellos. Hoy comprendí que el miedo no te deja avanzar, que es una carga que llevas en la espalda sin dejarte disfrutar de los grandes y los pequeños momentos que el día a día te ofrece. Hoy comprendí que si no luchas por tus sueños, nadie más lo hará. Hoy comprendí que si no quieres seguir estando presente en mi vida, no será por mi causa. Hoy comprendí que los amigos que realmente te dan la mano son pocos, por no decir inexistentes. Hoy comprendí que la vida es maravillosa, pues te da a elegir como quieres que siga tu camino. Hoy comprendí que sin esperanzas no se puede vivir. Hoy comprendí que los errores del pasado no se pueden borrar, pero si aprender de ellos para que un futuro no vuelvan a ocurrir. Sí, hoy lo comprendí, por ello cuando me he despertado, el cielo tenía otro color distinto al de los demás días. Esto no ha hecho más que empezar.

(Mil gracias para Ainnoa por concederel primer premio a este blog.Espero que sea el primero de muchos!)

8 de noviembre de 2011

No Matter What


Empiezan a sonar unos acordes de guitarra electrica. Reconozco la canción. Jacoby comienza a cantar... “I need you right here, by my side...”. No matter what de Papa Roach, nuestra canción. “You’re everything I’m not in my life...”. Blanco y negro, así somos él y yo. Supongo que eso será lo que nos hace tan especiales. “I’ll promise you this love will never die!”. No sabemos a ciencia cierta si seremos para siempre. Pueden pasar mil cosas, lo mejor es no planificar el futuro. Pero lo que si estoy segura es que voy a disfrutar cada segundo que pase a su lado, porque eso es lo único que importa ahora. “I’ll take a bullet for you if it comes to that”. Por él, daría mil veces mi vida si hiciera falta, con tal de que continuase adelante con sus sueños y sus retos. Aunque eso significase no poder continuar con los mios. “So believe me when I say, you’re the one...”. No puedo decir con exactitud las veces que hemos peleado porque no sabe valorarse como debe. Es una persona única, excepcional, perfecta. Con hacerme feliz se convierte en la persona más importante de este planeta. “I’ll promise you forever and my soul today”. Desde la primera mirada, desde la primera sonrisa, desde la primera palabra... mi alma le pertenece, para siempre. Es libre de hacer con ella lo que quiera. “We’re gonna be the last ones standing”. Porque no importa como terminemos, si bien o mal, si juntos o separados, lo único que importa es que pase lo que pase, seremos los últimos en sobrevivir.

6 de noviembre de 2011

Despedida personal

De nuevo, dice que quiere verme.
¿Y qué vas hacer?
No puedo hacerlo. Creo que no podría soportarlo.
Pero es fácil. Si ves que no vas a poder, márchate.
¿De veras crees que es así de fácil? Si le veo, me moriré de ganas por besarle y no soltarle nunca más. Y me conozco, créeme, sería lo primero que hiciese nada más verle aparecer de lejos...
¿Y cómo sabes qué él no siente lo mismo?
Porque le conozco mejor de lo que cree. Si de verdad estuviese interesado en mí, ya lo habría demostrado. Ni siquiera lo ha insinuado. Y yo no estoy dispuesta a sentirle sólo un día, porque yo quiero sentirle dos, tres, cuatro... toda una vida!
Piénsalo bien, al menos habrás podido tenerle contigo aunque sea un tiempo limitado.
No podría vivir sólo del recuerdo de un bonito día. Si estuvieras en mi cabeza, lo que dicta mi corazón... comprenderías lo que te estoy diciendo. No quiero probar sus besos, sus caricias, sus abrazos durante un día y después volver a mi vida normal... ¿crees que podría? No, desde luego que no podría. Estaría cada segundo grabado en mi cabeza, reproduciéndolo cada dos por tres como si se tratase de un disco rayado. Esto no es un juego, esto es amor.
Entonces... ¿qué piensas hacer?
Dejarle marchar, dejarle ir. De algún modo u otro, él ya ha encontrado el amor. Y esa no soy yo. E igual que él la ha encontrado, yo también volveré a enamorarme de nuevo.

4 de noviembre de 2011

Déjame ser tu último pensamiento al dormirte, déjame ser tu primer pensamiento al despertarte. Déjame ser tu día y tu noche, déjame ser tu luz y tu oscuridad. Déjame ser tu energía durante el resto de nuestras vidas, déjame hacerte feliz.
Me gusta su sonrisa, la forma en cómo me mira. Me gusta como pronuncia mi nombre susurrándolo en el oído. Me gusta como entre enlaza sus grandes dedos con los míos. Me gusta la sensación de cuando necesita que le proteja en mis brazos. Me gusta... me gusta él. Sólo él.

27 de octubre de 2011

Carta a un amor perdido

Cuando leas esto ya estarás acomodado en el avión, lejos de mí. Y te extrañará leer mi letra en esta carta, pero necesito que sepas la verdad ahora que no puedes dar marcha atrás a tu decisión. Sé que anoche te dije palabras horribles que te hicieron daño, en mi opinión sé que no fue lo más adecuado pero era lo mejor para ti... aunque no para mí. No te odio, sólo te odio en estos momentos porque no sé cuánto tiempo estarás fuera, aunque es un dato que ni siquiera tú sabes. Me duele mucho la distancia que habrá entre nosotros, me he acostumbrado demasiado a tu presencia en mi vida desde hace un año. Te necesito a mi lado, necesito esas dosis de abrazos, de besos, de esas palabras cursis que tan mal se te da expresar. Te quiero. Desde siempre y para siempre. Pero es mejor dejar las cosas así, cada uno por su camino. Tú tendrás una nueva vida en tu destino y yo seguiré con la mía, sin ti. Te conozco de sobras y sé que hubieras rechazado irte al conocer mis sentimientos de verdad, y eso no es lo que yo quiero para ti. Es lo que quieres hacer y ahora que puedes, tienes que aprovecharlo. Las relaciones a distancia nunca salen bien y algo así supondría hacernos daño a los dos. Las cosas están mejor así... ninguno de los dos podría soportar estar en la otra punta del mundo. No podría vivir con el miedo de recibir una llamada y saber que te ha pasado algo, no podría soportar no tener noticias de ti en meses. Ni siquiera soy capaz de continuar con esta carta... si debemos de estar juntos, cuando vuelvas, quizá nuestros caminos vuelvan a encontrarse.

25 de octubre de 2011

No podrás ser yo

Podrás copiar mi ropa, podrás copiar mis bolsos, podrás copiar mis gafas, podrás copiar mis pulseras, podrás copiar mis anillos, podrás copiar mis collares, podrás copiar mi maquillaje, podrás copiar mi sonrisa, podrás copiar el color de mis ojos y de mi pelo, podrás copiar mi forma de andar, podrás copiar mis besos, podrás copiar mis abrazos, podrás copiar mis manías, podrás copiar mis defectos, podrás copiar mis virtudes, podrás copiar mis errores, podrás copiar mi música, podrás copiar mis libros, podrás copiar mis películas, podrás copiar mis dibujos, podrás copiar mis gustos, podrás copiar mis fotos, podrás copiar mis escritos, podrás copiar mis frases, podrás copiar mis estudios, podrás copiar mi trabajo, podrás copiar mis cigarros, podrás copiar mis amigos, podrás copiar mis conocidos, podrás copiar mis enemigos, podrás copiar mi perro, podrás copiar mi familia, podrás copiar mi pareja... podrás copiar mi vida, pero nunca serás yo. Tú siempre serás la otra.

19 de octubre de 2011

Si no nos arriesgamos, ¿qué nos queda?

—Fiorella, creo que me estoy enamorando—. Su amiga se ríe, sabe que se enamora del primero que pasa por delante.

— ¿Otra vez? Ya van tres en un mes—. Sigue observando el CD deParamore, sin atender a las palabras de Sofía.

—Es distinto a todos los demás. Esta sensación no la he sentido desde… aquel—. Las dos asienten, saben de quien hablan—. Y es perfecto cuando estoy con él. Tengo esa sonrisa de tonta cada vez que me mira, cuando me sonríe. Sus ojos negros… es inexplicable lo que siento. Es todo lo que busco en un hombre. Me hace feliz tan solo sentir su presencia.

— ¿Y por qué no te lanzas?

—Porque creo que él no siente lo mismo. Me trata más como a una hermana, ¿sabes? No sé, no intenta acercarse como hago yo. Estamos genial juntos, eso si. Pero sinceramente no veo que pueda pasar nada más.

— ¿Perdón? ¿Tú echándote para atrás? —Fiorella le da una colleja a su amiga—. ¡Despierta! Llevas un año deprimida por aquel imbécil, ahora encuentras a alguien que te hace sentir especial, ¿y le vas a dejar escapar? ¡Arriésgate! Si no lo intentas, nunca sabrás que pudo pasar.

—No… no es eso. Tengo miedo… mucho miedo a que me hagan daño. Tengo miedo a volver a enamorarme de esa forma que tocas el cielo con la yema de los dedos. Esa sensación tan perfecta, preciosa… no quiero caerme de boca de nuevo—. Sofía agacha la cabeza. Ha confesado el por qué de su miedoa volver a querer a una persona, y se siente desnuda. Fiorella la abraza, sabe muy bien que piensa en esos momentos.

—No tengas miedo, nunca. No todos los hombres que conozcas van a ser como aquel. Es más, seguro que no volverás a encontrar a otro igual. Tuviste mala suerte, eso es todo. La vida solo se vive una vez… si no nos arriesgamos, ¿qué nos queda? —Fiorella le quita con su dedo pulgar la lágrima que recorre la mejilla de Sofía—. Te quiero amiga.

17 de octubre de 2011

Mensaje en una botella

Querido abuelo,

hace más de 10 años que te fuiste de mi vida. Y aunque parezcaincreíble, sigues estando presente. Unos días me acuerdo más que otros. No recuerdo lo poco que llegué a conocerte, pero he llegado a sentir lo mucho que te quería y lo mal que lo llegué a pasar cuando no pude despedirme de ti.

La verdad es que me hubiera gustado poder compartir contigo momentos de mi vida, aunque ha habido instantes en los que creía que estabas a mi lado. O, quien sabe, quizá estás a mi lado en cada segundo guiándome como una estrella fugaz.

Ojala pudiera escribirte en esta carta todo lo que he experimentado a lo largo de todos estos años, aunque quizá no lo necesites porque ya lo habrás visto por ti mismo. Pero hay cosas que tienen más emoción si las explicas en primera persona.

Aunque estemos separados, sé que estamos unidos en la distancia y que pase lo que pase siempre estarás conmigo. Por eso, quiero que sepas, que siempre ocuparás un lugar en mi corazón. Nunca podré olvidarte, te echo de menos. Te quiero.

13 de octubre de 2011

Promise me you'll never let go of my hand


Quizá sea sólo un mito el que dicen que hay un libro llamado destino en el que todo está escrito, quizá las coincidencias y las casualidades no existen. Simplemente, las cosas suceden porque tienen que pasar.

Y allí están, después de un año sin saber nada el uno del otro. En el mismo lugar y en el mismo momento. Ella, una chica soñadora que está deseando poder compartir su vida con el hombre de sus sueños. Él, un chico independiente que sólo piensa en sí mismo. Es obvio el motivo por el cual se separaron.

A pesar de la distancia que les separa, se ven y ambos se reconocen. ¿Qué hago? ¿Me doy la vuelta o paso por su lado?, piensa ella. ¿Me meto en el coche sin saludarla?, piensa él. Ella sigue hacía adelante, sus pies han decidido por ella el rumbo que tomará. Él se queda quieto, sin saber qué hacer.

El corazón de la chica le funciona a mil por hora, ella no tiene duda de que perfectamente podría salir de su cuerpo en cualquier momento. Él se sumerge en sus pensamientos, recordando el día en que coincidieron en aquel pub y su vida cambió para siempre.

Ambos se quedan inmóviles, uno enfrente el otro. Él sonríe lentamente, creía que jamás volvería a ver su inocente rostro. Ella le aparta la mirada, es demasiado doloroso recordar cómo sus vidas tomaron rumbos diferentes. Él, sin pensarlo dos veces, la coge de la mano y le acaricia su suave muñeca. Ella le vuelve a mirar y siente como echaba de menos aquel contacto.

Ella dibuja una tímida sonrisa, aceptando ese roce. Y él, decidido, le roba un beso de sus finos labios. Ella le devuelve el beso, rodeándole el cuello. Ambos sonríen y olvidan cualquier pensamiento, sensación, sentimiento. Olvidan cualquier cosa que no tenga nada que ver con ellos dos.

11 de octubre de 2011

Esta soy yo

Soñadora, alegre, tímida, especial, realista, positiva. Escritora a tiempo completo; me expreso feliz, triste, entre lagrimas, enfadada. Me encanta leer, puedo experimentar mil formas de sentir. La vida no ha sido justa conmigo, pero aún así llevo dibujada una sonrisa en todo momento. Intento ver cada situación como una nueva experiencia, en la que ayuda a crecer como persona, sea buena o sea mala. Adoro los días de lluvia, para poder refugiarme debajo de la manta viendo una película con alguien especial. Lucho por mis sueños y aunque algunos parezcan imposibles, no me rindo. Defiendo mis ideales, sin importarme lo que puedan decir o pensar pero respeto a quienes no opinan igual. No puedo vivir sin música; escucho rock, adoro el sonido de las cuerdas de una buena guitarra y las teclas de un piano; pero también escucho música dance, con la que me vuelvo loca. Bajita de estatura, pero con un gran corazón. Tengo la virtud de escuchar a los demás y aconsejarles lo mejor que pueda, intentando siempre hacerles sonreír. Odio las mentiras, la chulería, los bipolares de un día te quiero y al otro no te soporto. Difícil de entender, fácil de querer. Complicada y un tanto desconfiada, pero aún así no cierro puertas si merece la pena. Con la verdad por delante, siempre. Cabezota a más no poder. Aprecio los pequeños detalles de la vida, como dar un paseo a la luz de la luna, pasear descalza en la playa o ver las estrellas por la noche.

24 de junio de 2011

Esa luz blanca...

Siempre creemos que nuestros seres queridos no abandonarán esta vida hasta la vejez, cuando llega su hora. Destrozado es como te sientes cuando la cruda realidad te demuestra que no es así, que la muerte nos puede acechar en cualquier momento. Y recuerdas como era esa persona, como te sentías a su lado, los momentos vividos... cuanto la echas de menos. Pequeñas lágrimas recorren tu mejilla, hasta que se convierten en un llanto del cual no puedes escapar.

Entra en su cuarto, como cada noche y observa el silencio que habita en él. No suena ese disco de Metallica que tanto le gustaba, ni el sonido de su batería. Dios, cuantas veces habrá entrado mientras gritaba que bajase el volumen porque no podía estudiar.

Se tumba en la cama, con lágrimas en los ojos. Recuerda aquellas pequeñas charlas que tuvieron sobre los estudios, el trabajo, los amores, los desamores, entre otras muchas cosas. Siempre con ese detalle de estar abrazados y sentirse el uno al otro, una conexión entre hermanos que curaba cualquier pena.

Su mente está tan cansada que inconscientemente se queda dormida en la cama de su hermano, abrazando como una niña asustada a la almohada que aún conserva el aroma de su ser querido.

Se encuentra en el coche de su hermano, él está a su lado conduciendo. Ella sonríe, están juntos. Hacen broma, se chinchan, cantan. Y ella de nuevo es feliz, porque está con él. Experimenta una felicidad que hacía 3 largos meses que no sentía. Pero una luz les ciega a los dos, sin poder ver nada de lo que pasa en la carretera. Y se escucha un fuerte choque. Ella se despierta sin poder respirar entre sollozos. Era un sueño, un maldito sueño en el que ha vuelto a perderle.

16 de febrero de 2011

Amarga soledad

Tengo tantas cosas que decirte, tantas cosas que explicarte... y ahora ya es demasiado tarde. No supe valorarte, no supe darme cuenta de la persona tan increíble que la vida me había dado la oportunidad de tener a mi lado. No me di cuenta a tiempo, y no sabes la impotencia que siento en estos momentos. Tú me hiciste sentir tan especial, hacía mucho tiempo que no me trataban de esa manera tan única. Y soy feliz, porque sé que alguien supo ver en mí algo positivo y estaba dispuesta a darlo todo por mi felicidad. Pero se me parte el corazón al saber que no volverás a ser mi pequeña niña, ahora eres la niña de otro. Y tengo que sufrir en silencio, pues solo me ves como un simple amigo. Un amigo del que te arrepientes de haberte enamorado, me perdonaste incluso cuando deberías haberme odiado por todo lo que hice. Tienes un valioso corazón, y yo tuve la suerte de poder entrar en él... aunque para tu desgracia tuviste que recoger los pedazos del suelo.

Eres un pequeño ángel, y no sabes cuánto me odio en estos momentos por no haber aprovechado todo lo que me estabas ofreciendo. Soy un imbécil, un cobarde. Me cuesta conciliar el sueño de saber todo el daño que te he causado, todas las lagrimas que habrás desperdiciado por mi culpa.

Tu amor era sincero y fiel. No mereces estar con una persona como yo, pero aún así te necesito conmigo. Añoro tu sonrisa infantil, esos abrazos que me llenaban por completo, esos besos que por unos segundos todo el mundo desaparecía y solo quedábamos tú y yo. Ahora tengo que callar y tragarme el dolor mientras veo como regalas la misma felicidad que me habías ofrecido a otra persona.

Aunque no lo creas, si pudiera daría marcha atrás en el tiempo para poder arreglar las cosas y empezar a hacer las cosas bien. Así nada de esto hubiera pasado, yo no estaría lamentándome de mi error y tú... tú no estarías con él.


9 de febrero de 2011

Bajo las sabanas


Suena el timbre. No sé quien será, no espero a nadie. Abro la puerta y ahí está él. Es la última persona que esperaba ver de nuevo por aquí. Estoy quieta, no sé que hacer. No me esperaba esta visita. Me mira fijamente a los ojos, y una lágrima cae de mis ojos. Echaba de menos tenerle cerca de mí. Sin articular una palabra, me besa apasionadamente. Dejándome sin respiración, me rodea con sus brazos. “Te quiero, te quiero, te quiero” dice repetidas veces al oído. Le devuelvo el beso, sabe perfectamente que yo también le quiero. Me apoya contra la pared, me aparta el flequillo de la cara y me besa la frente. “Lo siento”, ahora empieza a llorar. Pero no quiero que llore, quiero hacerle feliz. Le acerco a mí y vuelvo a besarle, sin importarme que su rostro esté bañado entre lágrimas. Le miro a sus ojos verdes, le sonrío. Deja de llorar mi pequeño niño, siempre estaré para protegerte. Le acaricio el rostro, y una pequeña sonrisa aparece en sus labios. Todo está bien, todo irá bien ahora que estás aquí conmigo.

Nos volvemos a besar, ahora con más deseo. Un cosquilleo recorre todo mi cuerpo y no puedo evitar separarme de sus labios. Nuestra respiración se acelera, igual como noto su corazón latir más deprisa. “Te necesito”. Yo también te necesito, cariño. Te necesito a cada segundo de cada minuto.

Se que le da miedo dar el siguiente paso, por si le rechazo. Aunque no lo haría, es lo que más deseo ahora mismo. Ser una sola persona perfecta, con él. Por ello me quito la camiseta, y después a él. Cuanto echaba de menos ver su torso desnudo. Tan perfecto, tan caliente. Le dirijo despacio hacía mi cuarto, sin dejar de besarnos, sin dejar de tocarnos. ¿Qué es lo que tienes que eres como una droga? Incluso diría que es peor que una droga, pero es algo que me gusta. Me encanta.

Le empujo lentamente hacía mi cama. Me coloco encima de él. Le beso el cuello, le doy pequeños mordiscos mientras él me acaricia el pelo. Ese contacto me hace estremecer, no sé como lo hace. Eres perfecto, con tus defectos y tus virtudes. Y por algún motivo desconocido me vuelves loca.

Terminamos sin ropa. Y llega el momento, el momento perfecto de esta noche. Penetra dentro de mí y es inevitable no poder ser tan feliz. Lo quiero todo de ti, absolutamente todo. No quiero dejarme ni una parte. Porque tú y yo somos dos piezas de un puzzle perfectamente encajadas. Somos perfectos cuando somos uno.

Terminamos cansados, sin poder respirar pero me da igual. Ahora soy feliz, ahora estás aquí conmigo y sé que nunca más volverás a irte. Has vuelto y eso significa que no puedes vivir sin mí, como yo sin ti. Has vuelto y se que es para quedarte a mi lado, para siempre. Dormimos abrazos, desnudos, como en nuestro último encuentro.

Me despierto al día siguiente, feliz. Como una niña. Pero, ya no está. ¿Se ha ido? ¿Me ha vuelto a dejar sola? Me miro, estoy vestida. Llevo el pijama. Ha sido otra mala jugada del subconsciente. Nunca ha vuelto, no va a volver. Vuelvo a estar sola, vuelvo a tener ese gran vacío en mi corazón del saber que me ha abandonado. Toda la felicidad que sentí en ese sueño ya no está, como él. Y lloro, lloro durante horas porque vuelvo a estar vacía. Aún no puedo creerme que nunca más a volver, que nunca más voy a pedir sentir su aliento, sus brazos, nada de él. Solo recuerdos, nada más que recuerdos que son todo un teatro por su parte.

11 de enero de 2011

Tú y yo x)

La amistad no es un sentimiento cualquiera. Todos creen tener una, pero pocas personas saben de verdad lo que es. La amistad no es solo pasar tardes de risas o de salidas al cine. No, la amistad es una continua lucha por conocer a fondo a esa persona, a la que apoyar en las buenas y en las malas, estar siempre en todo momento cuando te necesita. Significa compartir todo, compartir lo imposible. Es un vínculo tan fuerte que nada ni nadie podría romperlo, un vínculo de dos personas en la que recordaran miles de lagrimas, sonrisas, alegrías, decepciones. La amistad significa no sentirse nunca solo, porque sabes que esa persona estará siempre al pie del cañón. Es un sentimiento que no se ve ni tampoco se toca, se siente. Un amigo significa llorar cuando tú llores, reír cuando tú rías. Un amigo significa que aunque conozca lo peor de ti, siempre seguirá a tu lado.