«Quizás el mundo sea así de verdad. Quizás vivíamos en una ilusión donde nuestros ojos veían unos colores que en realidad no existen. Ahora me siento en mi lugar. En medio de un océano gris, donde la alegría y las cosas bonitas dejarán de brillar»
«Luchar. Es algo que cada vez empieza a costarme más»
Poco os puedo contar de esta historia sin desvelar spoilers, pero es una historia muy real; a pesar de ese toque de fantasía que siempre encontramos en las novelas de Erya. Su forma de escribir es sencilla, empatizas muy fácil con lo que ocurre, y sientes que estás en la piel de Eva.
«Te has encerrado tanto en ti misma que no has permitido que otros te conocieran»
¿Eva? Ay, Eva… cómo me recuerdas a mí; al menos, a mi yo del pasado. Es tan fácil sentirte un cero a la izquierda cuando nadie cree en ti, cuando no tienen en cuenta tu opinión o tus sueños. Por eso jamás juzgué tus acciones, tus decisiones… solo buscabas tu lugar en el mundo, a pesar de que no es el que quieres.
«Creo realidades inexistentes que solo me recuerdan lo que no puedo conseguir. Lo que jamás podré ser. Pensaba que mi poder era un don. Ahora empiezo a pensar que se trata de un castigo. Eso que llaman karma»
Estamos ante una novela llena de realidad, de una chica universitaria que no sabe por dónde debe seguir, busca la aceptación de los que están a su alrededor. Sin embargo, también estamos ante alguien que busca una salida, una ayuda para salir del castigo al que ella misma se ha expuesto. Eva soy yo, eres tú y puede ser cualquier persona que no tenga claro cuál es su destino.
«La soledad me abraza, la siento cubrirme con sus gélidos brazos y susurrarme que siempre estará conmigo. Mi única amiga. Mi mejor amiga»
La imaginación de Eva es una historia donde refleja que, por mucho que luches, el mundo siempre encuentra algo con lo que fastidiarte. Pero será en ese momento, justo en ese momento, cuando debemos sacar fuerzas para seguir adelante. Para encontrar esa luz al final del camino que nos indique que estamos yendo por el camino correcto, y que jamás debemos dejar de ser uno mismo para contentar a los demás.