Lo que más me ha gustado de la novela es Martín. Si en la anterior reseña recalqué a todos los personajes, en este solo puedo hacerlo con él. A mi parecer, es el personaje que más evoluciona de un libro a otro. Si bien es cierto que se vuelve un poquito capullo, es capaz de tragarse el orgullo y pedir perdón. Y eso lo valoro mucho en un personaje.
Lo que menos me ha gustado es que tuviera narrado a ocho voces (o nueve o diez, no lo recuerdo bien). Los ocho personajes principales cogen el mando de la situación y encontramos diversidad de opiniones, pensamientos y sensaciones. No me habría supuesto un impedimento de no ser porque, cuando empezaba un nuevo capítulo, el personaje te hacía un mini resumen de lo que habías leído en el capítulo anterior. Se me hizo un poco pesado.
“Amar a alguien no significa meterte en una prisión, al contrario”
Diría que esta es la sexta vez que leo a Susana Rubio. Tengo todos los libros que ha publicado con Montena, y ojalá tenga el placer de leer los siguientes. Es una autora que no falta en mi estantería. Su pluma es tan sencilla que, simplemente, me encanta.
No sabría decir qué libro de la bilogía me ha durado menos, pero sin duda la revolución de Susana continúa en auge. Su vocabulario es muy ágil, coloquial, divertido. Ocho amigos, ocho personalidades diferentes. Estoy segura de que la autora ha indagado para construir la psicología de cada personaje, pues se nota que hay mucho trabajo detrás de esta bilogía.
Y me encantaría recalcar como Susana ha dado voz al maltrato, ya sea psicológico o físico, de modo que incentiva a que sus lectores no se callen y tomen las medidas legales que sean convenientes. Como bien dicen: nunca terminas de conocer a una persona, por muchos años que hayas compartido con esa persona.
“Valorarte es encontrar un amigo con el que compartir tu vida”
En cuanto a los personajes, tenemos a Martín; que, como he dicho antes, es mi favorito. Alguien con mucho orgullo, que no muestra sus sentimientos al exterior, que no soporta las relaciones formales. Pero también alguien que sabe rectificar cuando está equivocado, que sabe escuchar y ser comprensivo. Ojalá más Martines en el mundo.
Hugo, el chico que robaría el suspiro a cualquier mujer. Si bien en la anterior novela me pareció muy dulce y comprensivo, en esta he tenido conflicto con sus actitudes infantiles e irracionales. Se podría justificar como inseguridad, pero llegó un punto en que le habría dado un par de bofetadas.
Sergio… ¡qué voy a decir malo de él! A pesar de que Martín es el que más ha evolucionado, Sergio es un personaje que se ha mantenido igual. Porque, sencillamente, es perfecto y no necesitaba cambiar ni un ápice de su personalidad. Es maduro, debido a su pasado; y siempre buscará lo mejor para Luna.
Y, por último, Enzo. Diría que es el personaje que menos me ha gustado, más que nada por su relación con Noa. Por desgracia, su negativa es debido a Noa; el personaje que peor ha evolucionado en la bilogía (a mi parecer) por todos sus rechazos. Por esas idas y venidas que volvían loco a Enzo y que, inevitablemente, tenía la cabeza hecha un lío.
“Dentro de mi cabeza tengo cientos de bulldogs francés saltando de un lado a otro, pidiendo comida y rompiéndolo todo a su paso”
Todos mis amigos es la segunda parte de la bilogía, la cual pone fin a las historias de los ochos personajes. Una novela más madura, con más frentes abiertos que cerrados, que determinarán el futuro de cada uno.