Autor: Beth O'Leary
Número de páginas: 448
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: Suma
Lengua: Castellano
Año de publicación: 2019
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: Suma
Lengua: Castellano
Año de publicación: 2019
Tiffy está
buscando piso desesperadamente después de cortar con su novio Justin, quien la
echó de casa. Ha estado en pisos malolientes, aunque prefiere dormir bajo un
puente antes que vivir en esas condiciones.
Pero un
anuncio le llamará la atención, donde una persona busca un compañero de casa en
condiciones “especiales”: el piso estará disponible por la noche y los fines de
semana. No se verían, ni mantendrían contacto… pero compartirían cama.
“Me recuerdo para mis
adentros que es imposible salvar a las personas: las personas solo pueden
salvarse a sí mismas. Lo más que puedes hacer es ayudarlas cuando están
preparadas”.
Lo que más
me ha gustado de la novela es que no es la típica historia de amor de chico
conoce a chica, ni chica conoce a chico. Viven juntos, pero nunca se ven las
caras. Se comunican a través de unos pequeños post-its que van repartiendo por
la casa.
Lo que
menos me ha gustado es que la trama secundaria tiene, a mi parecer, pocos
detalles. No se profundiza demasiado, sino que parece que está por rellenar un
poco más la trama principal.
“El arte de escribir
cartas. Una carta es algo profundamente… íntimo, ¿no te parece?”
Es la
primera vez que leo a Beth O’leary y no será la última vez. Su pluma me ha
encantado, porque es sencilla y muy ágil de leer. En un visto y no visto, te
has leído la mitad del libro y lo único que te apetece es continuar con la
historia.
Además, se
podría calificar como una comedia romántica… ya que Tiffy será un personaje que
nos arrancará más de una carcajada, sobre todo en compañía de su amiga Rachel.
Y, por
último, conocer el punto de vista de ambos personajes me ha encantado. Soy fan
incondicional de los libros escritos desde los dos protagonistas (aunque
todavía no comprendo porque los capítulos de Leon están organizados como si
fuera una obra de teatro).
“Me
reclino en el asiento y respiro hondo. Rachel asoma la cabeza por encima de su
ordenador, articula con los labios en silencio: «¡Todavía no puedo creer que se
empalmara!» en dirección a mí y levanta ambos pulgares. Me hundo más en el
asiento, con la resaca reasentándose, y tomo la firme decisión de que nunca,
jamás, de ninguna manera volveré a beber”.
En cuanto a
los personajes, Leon es un enfermero que trabaja por las noches y realiza horas
extra para permitirse pagar un abogado. Es un chico tranquilo, adora la rutina
y no soporta cualquier cosa que no esté prevista. Por eso, la aparición de una
nueva compañera de piso, le dará más de un dolor de cabeza.
Tiffy es
una chica risueña, enamoradiza y muy indecisa. Decide que debe retomar su vida
donde la dejó antes de empezar a salir con Justin, de quien sigue enamorada.
Mudarse a un piso compartido le resultará extraño, al igual que a Leon, pero se
acostumbrará mucho más rápido que él.
Mo y Gerty
son los amigos inseparables de Tiffy desde la universidad, a quienes he adorado
por el apoyo que le brindan a Tiffy a pesar de estar en desacuerdo con sus
decisiones; y, Rachel, la compañera de trabajo de Tiffy. Creo que es de los
mejores personajes secundarios con los que me he topado y me ha encantado su
sentido del humor, que será muy necesario para Tiffy.
Y, por
último, Justin (el exnovio de Tiffy). No quiero dar detalles sobre él, ni
carácter, ni nada por el estilo. Solo diré que me ha gustado mucho como la
autora ha planteado esta historia al lector, porque me he sentido muy
identificada con Tiffy (porque yo he vivido exactamente lo mismo).
“El cerebro es capaz
de hacer cosas alucinantes para protegerse del dolor. Y tratará de ocultarte
secretos durante mucho tiempo”
Piso para dos es una novela muy fresca, que nos
hará soltar más de una carcajada. Cada personaje es diferente, los cuales están
muy bien construidos y planteados. Este libro ha sido de mis favoritos del año,
y ojalá se escribieran más con este estilo único.