Te habrás despertado teniendo uno de esos asquerosos sueños en los que revives fantasmas del pasado, y estarás echa una furia, a la vez que destrozada. Sabes que no debes ponerte así, y debes de tener una sonrisa enorme por haber terminado con todo eso.
Tú eres fuerte, muy fuerte. Si tienes que llorar, ¡llora! Llora hasta desgastar tus lagrimas, desahógate, pega a la almohada, destroza y rompe objetos. Haz lo que quieras, pero saca toda tu rabia acumulada.
Nada puede contigo, conseguiste superar algo que creías que era imposible. Todo comienzo tiene un final, y este no iba a ser para menos. Y ahora te das cuenta de la cantidad de estupideces que llegaste hacer por no querer aceptarlo.
Es una experiencia de miles que vas a tener que experimentar a lo largo de tu vida. Pero puedes seguir viviendo, respirando, disfrutando de una vida que no supiste apreciar.
Piensa en todas las cosas maravillosas que has vivido desde entonces: conociste a gente nueva que se han convertido en personas importantes en tu día a día, te diste cuenta de quien merecía tenerte y quien no, sonríes sin necesidad de tener un motivo, no dependes de nadie, tienes una libertad que muchos desearían tener. Ahora, puedes decidir qué hacer con tu vida, cuando, como y con quien, sin importar el que dirán.
Te mereces ser feliz y vivir la vida. Disfrutar, gritar, saltar, correr, cantar. Tendrás momentos en los que te faltará el aliento, en los que te dolerá la cara de tanto sonreír, llorar de la risa, sentir lo que es la alegría y ese estado de éxtasis que tanto añorabas.
La vida te ha dado una nueva oportunidad para volver a ser feliz. No la desaproveches, porque entonces será el error más grande que habrás cometido. Solo necesitas a una persona para seguir adelante, y esa persona eres tú misma.
Cuando te sientas sola, cuando pienses que todo está perdido, mira el cuaderno que tienes a tu derecha. Y observa a la chica castaña que tienes al lado, sonriendo. Se feliz por tenerla en tu vida. Una amiga tan importante, esa amiga que destaca de todas las demás, no todos pueden presumir de tener una amistad así. La primera que ha estado ahí, que te ha escuchado, te ha abrazado cuando más lo necesitabas, te ha hecho reír incluso cuando te ahogabas en lagrimas. Simplemente, ella. ¿No tienes un motivo para ser feliz? Yo creo que sí, y uno muy grande.
Sonríe por todo lo que te rodea. Una familia, una mascota, un techo donde vivir, amigas y amigos, tú misma. Y aunque haya cosas que reparar, debes de sentirte orgullosa del corazón tan grande que tienes. Eres simpática, alegre, te encanta hacer reír a los demás, sabes escuchar, sabes aconsejar, sincera. Pocas personas así quedan, puedes sentirte orgullosa.