Autor: Alice Kellen
Número de páginas: 352
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: Planeta
Lengua: Castellano
Año de publicación: 2019
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: Planeta
Lengua: Castellano
Año de publicación: 2019
Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres. Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de él, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida está a punto de cambiar. Porque ella está prohibida, pero le despierta la piel. Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles. Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.
Muchas gracias a la editorial Planeta por el envío del ejemplar. Alice Kellen es una de mis
autoras favoritas nacionales, por lo que este libro tenía que estar mi
estantería. Además, el próximo 30 de abril, saldrá la segunda parte de la
bilogía «Deja que ocurra», “Todo lo que somos juntos”.
“Lo envidiaba. Esa
manera que tenía de vivir, tan despreocupado y relajado, siempre mirando hacia
delante sin parar a ver qué dejaba atrás, siempre centrado «en
el ahora»”
Leah está rota. Leah acaba de perder a sus padres en un
accidente de coche y solo tiene a su hermano, Oliver, quien se ve obligado a
aceptar un trabajo fuera de Byron Bay para costear los estudios universitarios
de su hermana.
Axel es el mejor amigo de Oliver, quien vive en una pequeña
casita al lado del mar. Trabaja como ilustrador y vive el día a día lo más
sencillo posible. Sin complicaciones, ni ataduras, hasta que Oliver le pide que
se quede con Leah durante una temporada.
La vida de ambos se verá afectada por la presencia del otro,
y deberán aprender a convivir juntos. Axel está dispuesto ayudar a Leah a que vuelva a pintar, Leah quiere lo mismo para Axel. Pero, ¿qué pasa cuándo
nacen unos sentimientos desconocidos?
“Nosotros éramos un
puzle que había ido encajando con el paso de los años. La diferencia era que
Leah siempre había tenido todas y cada una de las piezas y yo había tardado mucho más años en
encontrarlas”
Lo que más destaco de la novela es la ubicación, Byron Bay.
Una casita al lado de la playa, las olas, el surf, el constante sol, cenas bajo
la luz de la luna con un disco de los Beatles de fondo. Una ambientación que la
autora ha conseguido recrear sin problemas.
Lo que menos destaco es la superación de la ansiedad. Axel busca en Internet sobre la
ansiedad, dando por hecho que él es mejor que un profesional y es capaz de
ayudar a Leah. La obliga a hacer cosas que no quiere, cuando un psicólogo
recomendaría que no se forzase a una persona en ese estado, sino que superase
el trauma en el momento en que ella se sintiese preparada.
“Un beso es…
intimidad, deseo, temblar por dentro. Un beso puede ser más devastador que un
maldito orgasmo y más peligroso que cualquier otra cosa que hubiese podido
decirme con palabras. Porque ese beso… ese beso se iba a quedarme conmigo para
siempre, lo supe en cuanto cerré los ojos tras el primer roce”
He leído varios libros de Alice Kellen y no tengo ninguna
queja en cuanto a su pluma. Es muy sencilla, fácil de seguir y crea frases que
te hacen suspirar de lo preciosas que son. La autora siempre ha destacado por
transmitir los sentimientos de los personajes a la perfección, obligándote a
sentirlos como si fueras parte de ellos.
Además, en esta ocasión, el libro está narrado por los
personajes principales: Leah y Axel. Y, como he mencionado en varias ocasiones,
me encantan los libros donde conocemos el punto de vista de los dos
protagonistas.
“Una madre siempre
suele saber más de lo que parece. Que hay cosas que no se le pueden esconder
cuando se trata de sentimientos. Que, a pesar de respetar mis silencios, ella
lo supo casi antes de que yo misma empezase a darme cuenta”
En cuanto a los personajes, Axel me gustó durante el inicio
de la novela. Es una persona despreocupada, que disfruta de las olas y quiere
una vida sin que nadie le dicte lo que tiene que hacer. El problema de su
personalidad se originó en el momento en que besó a Leah por primera vez. Se
vuelve un monotema constante, y lo único que he encontrado es a un hombre
deseoso de acostarse con una mujer.
Leah me creó muchísimo ternura al inicio de la novela. Es
una chica perdida, que no consigue superar la muerte de sus padres. ¿El
problema? Que, en cuanto coge un poco de confianza con Axel, se vuelve una
chica inmadura y caprichosa. No acepta un no
por respuesta porque, de lo contrario, Leah estará malhumorada hasta que
decidas ceder.
El personaje que más me ha gustado ha sido Oliver que, a mi
parecer, es el único con dos dedos de frente. Ha sacrificado su vida anterior y
ha aceptado un trabajo que odia, solo por Leah. Lo que más desea Oliver es el
bienestar de su hermana, por eso he odiado la actitud que han tenido Leah y
Axel con él.
También aparecerá la familia de Axel (que me ha encantado su
padre y su rollo adolescente), como la familia de Leah a través de recuerdos.
Me he enamorado de la relación de amistad entre todos, y estaría genial que se continuase sabiendo de ellos en
la siguiente novela.
“Puedes equivocarte y
cometer mil errores, los humanos somos así, metemos la pata, pero para eso
existe también el arrepentimiento, saber decir «lo siento»
cuando uno debe hacerlo. Pero, cielo, escúchame, ¿sabes qué es lo más triste de
no hacer algo por cobardía? Que, con el paso del tiempo, cuando pienses en ello
solo podrás pedirte perdón a ti misma por no haberte atrevido a ser valiente. Y
reconciliarse con uno mismo a veces es más complicado que hacerlo con los
demás”
En cuanto a la relación sentimental, no me ha terminado de
convencer. No he visto química entre ellos. Además de que, en cuanto inician la
relación, lo único que he visto son escenas de sexo que se podrían suprimir.
Hubiese preferido que Leah y Axel continuasen siendo
amigos/casi-hermanos/conocidos y, entonces, la historia me habría convencido
más.
Y, por último, vuelvo con el tema de la ansiedad. El libro
empezó con una Leah que apenas levantaba cabeza, que sufría en silencio hasta
que confió en Axel… pero, en el momento que ella le confiesa sus sentimientos,
encontramos a una Leah diferente. El personaje femenino pega un cambio brutal
en apenas unas páginas, como si la ansiedad hubiese desaparecido.
“Volví a sentirme a
salvo de esos recuerdos que a veces intentaban entrar, de la vida que ya no
tenía, de las cosas que había deseado y que ya habían dejado de importarme.
Porque no era justo que todo siguiese igual, como si nada hubiese cambiado,
cuando todo lo había hecho. Yo sentía tan lejos de mi anterior vida, de mí
misma, que a veces tenía la sensación de que también había muerto ese día”
Todo lo que nunca
fuimos es la primera parte de la bilogía «Deja
que ocurra».
En esta novela nos
encontramos con que la vida de los personajes se verá afectada por la presencia
del otro, y deberán aprender a convivir juntos. El amor, la familia, los
recuerdos y los Beatles serán los ingredientes fundamentales para esta historia
de superación.