Autor: Pedro Zuazua Gil
Número de páginas: 272
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: Duomo
Lengua: Castellano
Año de publicación: 2018
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: Duomo
Lengua: Castellano
Año de publicación: 2018
Pedro pertenecía hasta hace poco al grupo de la Resistencia Gatuna, formado por todas aquellas personas que sin pudor decían «en mi casa no entra un gato, y punto». Hasta que un día conoció a Mía, una gatita blanca y parda que se instala en su piso y no solo se adueña del espacio, sino que también conquista su corazón. Pedro no podía imaginar hasta qué punto Mía iba a cambiar su vida. Divertidas, desenfadadas y emotivas, estas memorias gatunas desvelan todos los entresijos del mundo de los gatos. Y mucho más. Porque, en realidad, ¿quién no ha sido primerizo alguna vez?
Muchas
gracias a la editorial Duomo por el envío del ejemplar. A principios de año leí
un libro a través de los ojos de un perro, por lo que tenía mucha curiosidad
por conocer la historia de Mia, una gatita que tiene algo que contarnos.
“Y me di cuenta de que, de alguna
manera, yo quería que la gente tuviera gato y que dejara de hablar mal de
ellos, porque tenían muy mala prensa. La gente dice «Es que a mí los gatos no me gustan». ¿Y tú qué sabes, si nunca has
tenido ninguno?”
En este libro
encontraremos las vivencias de Pedro, quien pertenecía a la Resistencia Gatuna
de «en mi casa no
entra un gato». Pero, tras
intenta auto convencerse de que no necesita un gato, termina compartiendo piso
con su nueva inquilina Mia, una gatita de lo más adorable. Como padre
primerizo, Pedro tendrá que lidiar con situaciones a las que no estaba
acostumbrado cuando vivía solo.
El instinto
protector de Pedro se activará en cuanto inicia un vínculo con Mia, y seremos
participes de las peculiares escenas a las que se verá sometido para una
perfecta convivencia entre humano y gato.
“Desde que Mia llegó a mi vida, lo
primero que hago cuando salimos de viaje y llegamos a destino es instalar todos
sus accesorios: arenero, comedero, bebedero, cojín y juguetes. Luego ya, si
eso, deshago mi maleta. La jefa es la jefa”
Yo, como
no-amante de los gatos, admito que me he divertido mucho con la lectura de este
libro. Es muy fácil de leer, y no puedes evitar soltar alguna que otra
carcajada cuando el protagonista no espera ciertos comportamientos de su gata.
Este libro
es perfecto como guía para aquellos que quieran iniciarse en el mundo gatuno,
porque vienen consejos muy útiles, como también información adicional sobre la
vida de los gatos. Y, para los que son expertos felinos, será una lectura muy
agradable para recordar las primeras experiencias con su amigo peludo.
“A
veces los dueños tienen una conexión especial con sus mascotas y puede intuir
cosas que no se ven. Honestamente, en aquel momento no quería tener ningún tipo
de intuición ni de conexión especial Lo que quería era ser un pesado que estaba
empeñado n que su gata tenía algo que, en realidad, no tenía”
La pluma de
Pedro es muy sencilla de seguir, te sumerges en los acontecimientos sin problema.
El hecho de que sea periodista ayuda mucho a imaginarte el escenario, porque
explica muchos detalles para que no te pierdas nada. Pero, como contra,
mencionaré que a veces se hacía muy pesado que intentase ser tan periodista y
no tan escritor.
Su
influencia como periodista ha ayudado a que, este libro, no parezca el primero
de su trayectoria. No he encontrado problemas en las descripciones, ni tan
siquiera en los diálogos.
En ese
título no encontraréis una gran trama, porque lo único que ocurre son las
vivencias de Pedro y Mia. Aun así, será una agradable lectura para quien
disfruta del amor hacia los animales e iremos viendo como Pedro, poco a poco,
acepta el hecho de que termina adorando a los gatos.
“Observar a una camada de gatitos
actuar con naturalidad es hipnótico y adictivo. Me hacen una gracia que no
puedo con ellos, porque practican el mal con una elegante y una inocencia que
facilita que se te escape la risa”
A pesar de
que no soy amante de los gatos, sí lo soy de los perros, por lo que me sentía
muy identificada con Pedro durante las primeras semanas con Mia. Estaba muy
atento a ella, con miedo a que pudiese ocurrirle algo y tuviera que salir
corriendo al veterinario. Como también empezó a hacer compras compulsivas para
que la estancia de Mia en el piso fuese amena y ésta termino siendo la reina de
la casa. O, cuando se iban de vacaciones, que debía preparar una segunda maleta
para las necesidades de Mia.
Al final,
con nuestros animales, terminamos siendo seres irracionales y queremos lo mejor
para ellos por encima de todo. Mia, en pocas semanas, se había apoderado del
piso y del corazón de Pedro. Al igual que Cody conmigo, también me ha robado el
corazón y no puedo estar más contenta de tenerle en vida, por lo que la lectura
de este libro ha sido como volver a recordar nuestros inicios.
“A veces –muchas– compartimos fotos
de nuestros gatos., La escena es como la de las abuelas y madres que sacan
fotos de sus nietos e hijos de la cartera, pero con móviles”
En mi casa no entra un gato es un libro instructivo sobre la
vida gatuna, pero también encontraremos situaciones muy divertidas de Pedro y
Mia. Es una lectura recomendada para los amantes de animales y, para los que
no, también.