Título: El Hobbit
Autor: J. R. R. Tolkien
Número de páginas: 285
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: Booket
Lengua: Castellano
Año de publicación: 1982
Número de páginas: 285
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: Booket
Lengua: Castellano
Año de publicación: 1982
Cuando alrededor de 1930, J. R. R. Tolkien comenzó a escribir El hobbit, hacía ya diez años que trabajaba en el vasto panorama mitológico de El Libro de los Relatos, que más tarde se llamaría El Silmarillion. Así como esas crónicas tempranas narraban los mitos inmemoriales de la Primera y Segunda Edad, Tolkien pronto advirtió que El hobbit iba ordenándose de algún modo como un relato de la Tercera Edad (Gandalf habla del Nigromante en las primeras páginas), aunque las inesperadas aventuras de un pacífico hombre del campo no parecieran tener mucha relación con las vastas y oscuras mitologías de la Tierra Media. El estilo directo y lineal, con alusiones (que el autor deploró más tarde) a un público infantil, no impide la poderosa irrupción -- unas pocas veces en términos de comedia -- de los grandes temas tolkienianos (el poder, la codicia, la guerra, la muerte) que reaparecerían en una dimensión a menudo obviamente épica en El Señor de los Anillos.
Lo más seguro que se nos viene a la cabeza a la
hora de hablar de la Comarca son los hobbits, una raza ficticia creada por el
escritor y filólogo J.R. R. Tolkien.
Dichas criaturas son similares a los hombres,
aunque se diferencian de ellos por su baja estatura o unos enormes pies peludos,
entre otros rasgos. Les encanta vivir en sus casas (nombradas agujeros), comer
seis veces al día y fumar en pipa.
Los hobbits son conocidos por la famosa trilogía
cinematográfica de “El Señor de los Anillos”, dirigidas por Peter Jackson y estrenadas
en 2001, 2002 y 2003. No obstante, 9 años después estrenarían la trilogía de
“El Hobbit”.
Hace unos años me regalaron por navidad una edición
de J. R. R. Tolkien, la cual contiene los 3 libros de “El Señor de los
Anillos”, “El hobbit” y un mapa de la Tierra Media. Y, puesto que el estreno
más reciente eran las películas con el título de estos pequeños seres, decidí
emprender mi aventura literaria por la Tierra Media.
La historia comienza con Bilbo Bolsón, un hobbit
muy hogareño. Pero, un buen día mientras desayunaba, recibe por sorpresa la
visita del mago Gandalf y de trece enanos.
Los enanos les explican a Bilbo que en su hogar
vive un dragón, el cual ha expulsado a todos los habitantes, se ha hecho con el
reino y se ha quedado con todo el tesoro. Por ello, están dispuestos a
recuperarlo y derrotar al dragón Smaug, pero necesitan un saqueador en su
aventura.
A pesar de ser un hobbit casero, finalmente acepta
la misión y viaja en compañía de los enanos y el mago. Pero, no todo será tan
fácil como parece, pues por el camino se toparán con diferentes enemigos y
obstáculos que tendrán que superar para llegar al destino final.
Aunque me considere fan del mundo Tolkien, la
historia realmente es fantástica. Tolkien fue una persona con un gran talento,
crear la Tierra Media con todas sus criaturas (además de varios idiomas para
algunas) fue una tarea magnífica. Y creado para entretener a sus hijos (por
ello en ocasiones puede sonar algo infantil).
Aun así, la lectura del libro fue muy lenta.
Tolkien abusa mucho a la hora de describir paisajes y/o lugares, por lo que
terminó siendo una lectura pesada. No es plato de buen gusto estar atenta a una
escena, leer una larga descripción y, al terminarla, no recordar que ocurría en
dicha escena.
Pero, aunque Tolkien (para mí) tenga ese punto
negativo a la hora de expresarse, he disfrutado de la aventura protagonizada
por Bilbo. Es un cuento fantástico y divertido, con una aventura entrañable y
unos personajes que terminarás cogiendo cariño (¡sobre todo a mi querido
Bilbo!).
Por último, no puedo obviar el cómo Tolkien añadió
el Anillo Único al finalizar el libro, con el cual empezaría El Señor de los
Anillos años más tarde (trilogía que me gustaría empezar algún día de estos).
«Mientras cantaban, el hobbit sintió dentro de él el amor de las cosas hermosas hechas a mano con ingenio y magia; un amor fiero y celosos, el deseo del los corazones de los enanos. Entonces algo de los Tuk renació en él: deseó salir y ver las montañas enormes, y oír los pinos y las cascadas, y explorar las cavernas, y llevar una espada en vez de un bastón».