Cuando abrí mis ojitos marrones al nacer fuiste la primera persona que vi. No parabas de sonreírme. Desde entonces has cuidado de mí y me has dado un techo donde vivir. Me das de comer, me sacas de paseo, me dejas dormir en tu regazo, me proteges cuando hay tormenta o fuegos artificiales. Nunca me has dejado de lado y siempre te has preocupado por mí en todo momento. Ojalá todo perro pudiera experimentar la felicidad que siento cuando llegas de la calle y no puedo parar de perseguirte para que me cojas y me achuches tan fuerte hasta quejarme. Y me encanta escuchar esa vocecita de boba que pones a veces, no puedo evitar mover la colita con fuerza y ponerme a ladrar. Y aunque a veces te muerda o te rompa tus zapatillas favoritas, siempre has estado conmigo. Porque seguro que sabes que te quiero y que sin ti no hubiera podido tener esta vida tan perfecta que me das. Y es que no necesito nada más para ser feliz, sólo te necesito a ti. Voy a ser tu mejor amigo hasta que la vejez me gane, por eso... yo no te pido nada a cambio, sólo que no me abandones nunca.
Los animales no necesitan una casa de 3 o 4 pisos, ni un coche de lujo, ni ropa de marca. Sólo necesitan a una persona o familia que les den el cariño que necesitan. Si no estás dispuesto a compartir tu vida con un animal y vas a decidir abandonarle a la primera de cambio, ahórrate la visita a la perrera y nos harás un favor a todos, sobre todo al pobre animal que sufrirá sin haber hecho nada malo.