4 de noviembre de 2020

Espérame en el arcoíris (Laura Vidal)


Título: Espérame en el arcoíris
Autor: Laura Vidal
Número de páginas: 128
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: Autopublicado
Lengua: Castellano
Año de publicación: 2019

¿Has perdido recientemente a tu animal de compañía o sabes que ese momento se acerca? ¿no sabes cómo afrontar el duelo? Tu peludo, tu querido amigo, un miembro más de tu familia que compartió contigo miles de momentos y te brindó su amor incondicional… se ha ido para siempre. Es ley de vida, pero la mayoría de nosotros no estamos preparados para ello. Resulta difícil afrontar ese dolor, sobre todo si no hay personas cerca que comprendan lo que sientes y puedan ayudarte. ¿Cómo volver a la rutina después de esa pérdida? Si tienes niños ¿sabrás ayudarlos a aceptar la ausencia? ¿Podrás volver a amar a otro animal en el futuro? ¿Sabes qué decirle a una persona cercana que ha perdido a su “amigo de cuatro patas”? Espérame en el arcoíris te ayudará, con palabras sencillas y anécdotas llenas de cariño, a asimilar el fallecimiento de tu animal de compañía. 

Ya sabéis que el amor que siento por Cody es infinito y que, por desgracia, en esta cuarentena he tenido que separarme de él. Ahora vive en una casa (con mis padres), donde puede caminar libremente sin necesidad de chocarse con cada rincón. Desde principios de año, Cody empezó a sufrir cataratas en ambos ojos y problemas de sordera, también en ambas orejas. Tenía días buenos, pero también días muy malos. Y yo no quería admitirlo, ni abrir los ojos; pero era consciente de que es un perro mayor y que, para mi desgracia, no vivirá eternamente.

“Creo que cuando compartes tu vida con un animal vives algunos momentos que son inolvidables. He sido muy feliz al lado de mis chicos, estoy convencida de que mucho más de lo que habría sin ellos”

Me encontré con este libro por casualidad, y estuve hablando con la autora sobre mi problema; quien me cedió amablemente un ejemplar para reseñarlo. Y doy gracias al destino (o a quien sea) por haberlo puesto en mi camino; pues me ha servido de ayuda. Cody continúa vivo, pero apenas le veo (un par de veces al mes) y, para mí, esta separación ha sido como perder una parte de mí. Sé que ahora vive mejor en una casa, pero eso no impide que yo sienta un vacío muy grande por no tenerle conmigo.

“El amor no se acaba por la presencia o ausencia del ser amado, el amor permanece más allá y es precisamente ese amor lo que seguirá manteniéndonos unidos, cada vez que lo recordemos, cada vez que nuestras historias compartidas vengan a nuestra mente y nos enfoquemos en los momentos alegres, nos llenaremos de todo lo bueno de ese ser que amamos y que vivirá para siempre en nosotros”

Nunca había leído un libro que tratara el duelo en un animal de compañía. Incluso, en pleno siglo XXI, todavía veo caras de incredulidad cuando digo que Cody no es mi mascota, sino que lo quiero como si se tratara de mi hijo. Sin embargo, con este libro, me he sentido identificada con cada una de sus páginas. Te habla de sus peludos: de Galo, Oreo y Minnie; de lo que supuso la pérdida de cada uno y lo que ganó teniéndoles en su vida. Nuestros bichitos vienen a esta vida para enseñarnos lo que significa el amor verdadero y la fidelidad; y se van de ella, dejándonos el corazón lleno de dolor, pero también con los recuerdos y la alegría que nos obsequiaron con su compañía. Y que, aunque decidamos tener otro animalito, no borrará nada de lo tuvimos.

“Es importante no reprimirnos. Si tienes que llorar, llora; si sientes ganas de estar triste o malhumorado, hazlo. Lo importante es abrirse a lo que sentimos, sacar fuera todo lo que hay dentro, sin juzgar nuestros sentimientos ni los de los demás. Los sentimientos que no se expresan mueren en nosotros. El dolor compartido duele menos”

¿Por qué, cuando lloramos la pérdida de nuestro peludo, los demás no lo sienten como si fuera un familiar? Es una pregunta que está presente en mi cabeza. Al fin y al cabo, nuestros peludos han estado a nuestro lado, tanto en los buenos como en los malos momentos; y nos pasamos todos los días con ellos. Por ejemplo, yo he estado 14 años al lado de Cody. Debido a mi agorafobia, yo paso muchísimo tiempo en casa y eso provocaba que lo pasara con Cody. Pasábamos, prácticamente, las 24 horas del día juntos. ¡Si hasta compartíamos habitación! Por eso, mi separación con él ha marcado un antes y un después en mi vida. He llorado muchísimo por su ausencia, y sé que dolerá aún más cuando se vaya. Pero es el amor perruno de mi vida, así que ¿qué hay de malo en ello? Nada. No deberíamos avergonzarnos de llorar por ellos, como tampoco de pasarnos unos días en cama sin querer hacer nada. Al igual que con un familiar, también sufrimos las 5 etapas de un duelo.

“Los animales nos aman sin condiciones, nos cuidan, nos alegran, nunca nos decepcionan o engañan, son pura inocencia, sin ninguna maldad, sin discusiones, ni egos absurdos, sin imposiciones… ¿no es completamente normal que les correspondamos dándoles un sitio en nuestro corazón?”

He llorado mucho con este libro, pero también he reído. Incluso, al día siguiente de terminarlo, lloré al recordarlo; al explicarle a mi chico lo que sentí mientras leía sus páginas. Es reconfortante. Te ayuda a ver la partida de tu animal de otra manera; como algo bueno, no como algo malo (aunque parezca imposible). Todo está muy bien explicado, y trata cada tema con muchísimo cariño. Porque, sin duda, se nota que detrás existe una autora que es, ante todo, amante de los animales. Y, gracias a ello, ayuda a que cada una de sus páginas nos llegue al corazón.

“Con él, no se fue solo mi perrhijo, se fue una parte de mi vida, se fueron las tratadas, las risas, las babas, los abrazos gigantes, mi época de soltera. No solo lloré por él, sino por el final de un tiempo de mi vida que no quería que terminara. Lloré por todo lo que habíamos vivido, pero también por todo lo que ya no sería, por lo que ya no viviríamos juntos”

Si no eres amante de los animales, te recomiendo este libro para que experimentes la empatía que supone amar a uno de estos bichitos. Que te pongas en el lugar de la persona que lo ha perdido y sepas como animarle cuando llegue el día en que lo necesite. Si has perdido a tu peludo o no, también te lo recomiendo. A ti, sobre todo. Te ayuda en el duro trance que supone esta separación. Te hace sentir mejor contigo mismo, te recuerda por qué eres amante de los animales. Te hace sonreír por compartir tu vida con un peludo.