¿Sabes que es lo peor de todo
esto? Que desde nos conocemos no he hecho más que tragar mierda y más mierda.
Que no he hecho más que dar la cara por ti, de hacerles creer que lo que dices
es verdad. Que no he sido capaz de darme cuenta de las cosas. Que a pesar de
todo, te he seguido creyendo. Dejé mi orgullo de lado y te perdoné. Mil veces.
He aguantado que rompieses mi corazón y jugases conmigo. He soportado tener que
verte con otra y cerrar la boca como si nada hubiera pasado. Borré nuestro
pasado y cogí otro folio en blanco dispuesta a escribir un futuro lejos de
mentiras. Entregué mis palabras, mi amor, mis ganas de sonreír a una persona
que nunca se dio cuenta de lo GRANDE que era disponer de todo eso. Entregué a
una persona una vida que siempre anhelará. Pero, ¿sabes qué? Que no me lamento
ni me odio por haber dado mi vida a la persona equivocada. Porque amor tan
sincero como el que he sentido hacia a ti, es de envidiar. Que aunque haya
salido mal, he sentido un sentimiento demasiado perfecto. No te odio, no te
guardo rencor. Tu existencia me da absolutamente igual. Así que, cuando me
mires a los ojos, no te lamentes de mí. Laméntate de TI MISMO, por haber
perdido la oportunidad de ser feliz.
¡Gracias a Flooh por conceder a este blog su octavo premio!