2 de diciembre de 2011

De Step para Babi

Esta entrada es muy especial :) Con este relato gané mi primer concurso de literatura! Así que quiero compartirlo con vosotr@s, a ver si también os gusta tanto como a mí. Está basada en la historia de Step y Babi de 'Tres metros sobre el cielo', quien sepa de que va, entenderá esta carta! 

Querida Babi,
la verdad es que no sé cómo empezar porque ni siquiera sé si te haré llegar esta carta o quizás la tires directamente a la basura nada más ver el remitente. Pero necesito hacer el intento de que me escuches, intentar desahogarme aunque sea en líneas y que puedas entender mi situación. Aunque si te soy sincero, aún no entiendo por qué dejaste de luchar por nuestro amor.

Babi, no te puedes llegar a imaginar el infierno que estoy viviendo desde hace 6 meses. Son 6 meses sin poder dormir toda la noche de un tirón. Todas las noches solo estás tú en mis sueños, en aquel precioso castillo que por un día fue como nuestra casa. Aquel día que me permitiste hacerte mía. ¿Recuerdas lo felices que fuimos aquel día? En mi vida he experimentado tanta felicidad y creo que nunca podré volver a sentirme así.

Lo único que he hecho en todo estos meses ha sido levantarme de la cama para estar toda la mañana delante de tu portal. Ese portal en el que te he regalado miles de besos y caricias, en ese portal que después de un precioso día nos separaba, ese portal que tantas veces he saltado para subir a tu balcón. Te he visto salir muchas veces y quería acercarme a ti para poder abrazarte. Pero, ¿para qué? ¿Para volver a ver el odio en tus ojos?
Ocurrió el día que me armé de valor y decidí acercarme a ti. Llevaba varias semanas pensando en cómo actuar, que decirte, que pensar para no bloquearme. En mi vida he hecho algo parecido, nunca he ido detrás de nadie. Pero por ti, lo haría mil veces si hiciera falta. Estabas perfecta, como cada día. Dejaste de sonreír en cuanto te diste la vuelta y me viste acercarme a ti. Te aseguro que estaba nervioso, me temblaban las piernas. Estábamos cara a cara. Esa mirada no era la misma que me dedicaste durante meses, esa mirada te pedía que me alejase de ti. Eso fue lo que me impidió hablarte. Estaba completamente bloqueado, pero deseaba besarte y que me besaras. Pero no fue así. Te fuiste, sin decir una palabra. Y yo me quedé inmóvil, solo. Destrozado y roto por dentro. 

Tú, solamente tú me has hecho cambiar. Antes de conocerte no me importaba vivir. No me importaba que es lo que me podría pasar en todas las carreras que participé, no me importaba como podrían terminar las peleas, no me importaba si me metía en problemas, no me importaba absolutamente nada. Hasta que apareciste tú, como un ángel. Mi pequeño ángel de la guarda.

Cuando te conocí no eras más que una niña inocente y obediente para tener a sus padres contentos. A mí me enamoraste nada más verte, no sé por qué, pero sé que lo mejor que me ha pasado en la vida fue poder tenerte entre mis brazos. Me encantaba cuando te abrazas fuerte a mi cuando tenías miedo, lo hacías para sentirte protegida. Y a mí me encantaba protegerte.

Conmigo fuiste cambiando, creciste. Te hiciste toda una mujer que a mí me volvía loco, sobre todo cuando te daba la manía de contradecirme con cualquier cosa. Aquello pasaba cada minuto, pero aún así éramos felices. Al menos, yo lo era.

Hay tantos momentos juntos que no podría escribirlos todos en esta carta. Cada segundo contigo era como volver a nacer. Los días a tu lado me hicieron dar un sentido radical a todo mi alrededor. Me sentía con ganas de hacer cualquier cosa, contigo. Las tonterías de mi cabeza se esfumaron como cuando sopla un fuerte viento. Tenía las cosas claras, sabía lo que quería hacer con mi vida. Gracias a ti tenía un futuro claro.

Pero, ahora no me queda nada. Estoy vacío por dentro, estoy solo. No está Pollo, ni tampoco tú. Las dos personas que más me importáis. Muchas veces me pongo a pensar en la muerte de Pollo, no sabes la de veces que me he sentido el culpable, si le hubiera impedido correr ahora no estaría muerto. Sé que el culpable soy yo, nadie más que yo. Duele mucho ese sentimiento de culpa, ¿sabes?
Y tú, mi vida, te escapaste de mis manos. Saliste corriendo y me dejaste tirado. No me has dado todavía una explicación del por qué de nuestra ruptura. Sigo sin entenderlo. Creía que conmigo eras feliz y que tocabas el cielo con la yema de tus dedos. Babi, a quien más necesitaba después de lo que paso con Pollo, era a ti. Nadie más que tú. Y nunca viniste.

A veces creo que me estoy volviendo loco. No puedo sacarte de mi mente, aunque si te soy sincero, no quiero sacarte de ella. Contigo soy feliz. Te necesito, te necesito para respirar. Por más que quiera no puedo olvidarme de ti. No puedo olvidarme de tu sonrisa, de tus ojos. Es imposible. El brillo de las estrellas no son el mismo si tú no estás conmigo observándolas, tú eras quien les daba ese rayo de luz. Tú eres la mayor estrella de todas.

No sé si te has fijado en el puente… en ese puente que te escribí. Tú y yo… tres metros sobre el cielo. Lo escribí expresamente allí para que lo vieras cada mañana que ibas al instituto y te acordases de la persona que más te amaba. La noche que lo escribí estuvo lloviendo, pero me daba igual. Me metí en la cabeza que quería que lo vieras al día siguiente. Y así fue. Aún recuerdo el abrazo tan fuerte que me diste cuando fui a recogerte al medio día. Y lo susurraste, tú y yo… tres metros sobre el cielo. Me lo susurraste al oído.

¿Por qué, Babi? ¿Por qué me estás haciendo esto? Si de verdad me amabas, ¿no deberías haber permanecido a mi lado e intentar hablar las cosas? Sé que ahora pensarás que era porque conmigo nunca se puede hablar. Pues no es así, Babi. El único problema es que tú nunca podías llegar a entenderme. Sé que antes era demasiado cabezota, pero he cambiado.

Babi, te amo. Te amo tanto que hasta me está matando por dentro y por fuera. Perdóname si en algún momento no he sabido valorarte. Perdóname si en algún momento te has sentido ofendida por algún comentario mío. Incluso perdóname por amarte tanto, pero es que no me entra en la cabeza que no vayas a volver.

¿A caso no recuerdas todos nuestros planes del futuro? Tú querías viajar a Paris y yo a Londres. Yo estudiaría diseño gráfico mientras tú estudiabas filología inglesa. Compartir un piso, compartir nuestras vidas para más tarde compartir nuestros mejores recuerdos. Por ti me hubiera marchado al fin del mundo, hubiera desaparecido del mapa con tal de poder estar contigo. ¿Dónde están para ti todos esos momentos?

Pensé que tú y yo llegaríamos a envejecer juntos. Llegar a ser de esos abuelos que van por los parques agarrados de la mano, felices y sonrientes, sentados en un banco recordando viejos momentos. Me gustaba mucho pensar en esa idea, amaba esa idea. Me hubiera gustado formar una familia más adelante, contigo. Solo contigo, con nadie más.

Esta noche Pallina ha venido a verme. Me ha traído el regalo de navidad, era un marco con una foto de Pollo y yo. Digamos que ella y yo sabemos la situación que estamos viviendo, al menos ha venido a ver como estaba. Ha sido muy considerado de su parte, yo ni siquiera tenía ningún regalo para ella. Aunque cualquier regalo que le hiciera podría quitarle el dolor que lleva dentro.
Ha empezado hablar de ti. He podido comprobar que lleva el mismo tiempo que tú y yo sin hablar, me ha comentado que apenas sale y que solo la llamaste un par de veces cuando pasó todo lo de Pollo. Se siente sola, está sola. Creía que era tu mejor amiga. Babi, ¿qué es lo que te está pasando?
Y ahora viene lo peor, aunque creo que será la mejor parte para ti. Sé que estás con otro, sé que estás con tu vecino. ¿Tan poco signifiqué para ti que en menos de 6 meses ya estás con otra persona?

Nada más escucharla decirlo, me quedé alucinado. Alucinado y derrumbado. ¿Con otro? Me hubiera imaginado otras cosas de ti pero… ¿irte con otro? Por mucho que lo repita en mi cabeza, no voy a poder mentalizarlo. ME DIJISTE QUE ME AMABAS, ¿no significan nada esas palabras para ti? ¿Fueron en vano? ¿Me querías hacer ilusiones? Llegaste a jurar que matarías por estar conmigo.
Nadie, pero absolutamente NADIE podrá amarte como te amaba yo, podrá tocarte como te tocaba yo, podrá besarte como te besaba yo, podrá sentirte tanto como te sentía yo. Incluso puedo poner la mano en el fuego en que NUNCA podrás volver abrir tanto tu corazón como hiciste conmigo.
Te voy a ser sincero, me muero de ganas por partirle la cara a tu nuevo novio. Y lo haría si fuera como mi anterior yo. Pero para que veas, he cambiado. He cambiado y no quiero más problemas, no quiero más peleas. Puedes estar orgullosa, ya has conseguido hacerme más daño de lo permitido. Creo que ya no siento nada.

Babi, abre los ojos. Sé que no le amas, no puedes amarle como me amaste a mí. ¿Por qué no lo intentamos de nuevo? Babi, no te engañes con ese tipo. Por él nunca podrás sentir lo que sentías cuando estabas a mi lado, nunca podrás ser igual de sincera con cualquier hombre. Babi, no quiero arrepentirme de enviarte esta carta, si lo voy hacer.

En el fondo de tu corazón, aún me amas. Aún no puedes sacarme de tu cabeza, de tu mente. Me echas de menos, ¿no echas de menos cuando te quedabas dormida en la playa apoyada en mi pecho? ¿No echas de menos todas esas veces que te metí con ropa en el mar? ¿No echas de menos los besos debajo del agua salada? 

Piénsatelo, por favor. Necesito que vuelvas conmigo, mi vida sin ti no es más que una infinita oscuridad. Necesito volver a ver la luz del día con una sonrisa, necesito volver a sentirte.

Step.
Por favor… piénsalo.